¿Sabes qué es la Isla de plástico, Isla de basura o Isla tóxica? Como imaginarás, no es una Isla paradisíaca donde ir de vacaciones. Más bien todo lo contrario. La Isla de plástico es una gran mancha de basura que se encuentra en el Pacífico formada por un remolino de basura inmenso que ocupa nada más y nada menos que 1.400.000 kilómetros cuadrados. Un auténtico horror que podríamos evitar si todos pusiéramos nuestro granito de arena. Por eso hoy hemos decidido escribir sobre algunos consejos para evitar la contaminación que supone usar botellas de plástico, pero no sólo botellas de plástico, sino todo tipo de envases y bolsas de plástico que tan perjudiciales son para el medio ambiente.
Aunque existe la opción de reciclar, la mayoría de botellas de plástico terminan en los vertederos mezcladas con todo tipo de basura. Y si tenemos en cuenta que cada año se venden la friolera de 50.000 millones de botellas de plástico en todo el mundo, puedes calcular la cantidad de plástico que supone. Y sólo estamos hablando de botellas de plástico, si nos ponemos a pensar en todos los envases y bolsas plásticas que usamos en nuestras casas a diario el calculo se nos puede ir de las manos.
Pero dejemos a un lado las cifras escandalosas y vamos a hablar sobre lo que podemos hacer nosotros y cómo podemos colaborar para paliar, o al menos reducir, este gran problema de contaminación a nivel mundial.
En uno de los posts publicados el mes pasado, hablábamos de los motivos por los cuales no es aconsejable reutilizar botellas de plástico. Y es que el efecto que tiene el plástico sobre el agua que luego bebemos, también contamina. En este caso contamina nuestra salud.
Una de las ventajas más valiosas de la ósmosis inversa, es precisamente que evita la contaminación al reducir la compra de botellas y garrafas de agua. Así podrás disfrutar de agua de calidad simplemente abriendo el grifo de tu casa. Y estarás cuidando el medio ambiente mientras también cuidas tu salud y la de tu familia.
La mejor opción para no contaminar es no consumir plástico. Sin embargo, el estilo de vida que llevamos nos lo pone difícil y aunque uno tenga voluntad, no consumir plástico puede convertirse en una verdadera odisea. De modo que ya que no podemos evitar tener que comprarlo en muchas situaciones cotidianas, al menos reciclemos.
Hay situaciones en las que no nos queda otra alternativa. Si te encuentras en una de estas situaciones, opta por comprar los envases más grandes que encuentres. Piensa que no es lo mismo comprar una garrafa de 8 litros a la semana que un pack de 6 botellas de litro y medio.
Infórmate y colabora con alguna organización sin ánimo de lucro que se preocupe por esta problemática. Seguro que puedes ayudar. Bien a nivel educativo, de limpieza y recogida o de difusión. Recuerda que toda acción cuenta.
También existen alternativas a las botellas de plástico como el vidrio, que es 100% reciclable y además, según muestran los datos de eco vidrio, el 80% del vidrio que se recupera se reutiliza en nuevos productos. Aunque es verdad que es una opción más cara. Tal vez la opción más barata sea tener gusanos de seda como animales domésticos. ¡No es broma!
Según un estudio llevado a cabo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), los gusanos de seda se comen el plástico, siendo capaces de degradarlo. ¿Estaremos ante los salvadores del planeta? Para saberlo deberemos esperar a que las investigaciones sigan su cauce.