El agua dura se caracteriza por altas dosis de cal e impurezas, que aparte de estropear electrodomésticos y aumentar los gastos en productos de limpieza, tanto personal como del hogar, perjudica nuestra salud provocando enfermedades renales o problemas en la piel y el cabello. ¿Te pica la piel cuando sales de la ducha? ¿Te notas la piel seca y tirante? ¿tienes caspa? Si la respuesta a estas preguntas es sí, el agua de tu hogar contiene demasiada cal e impurezas que deberías tratar con la instalación de un descalcificador.
En España, son muchas las ciudades y municipios que tienen problemas con el exceso de cal, sobre todo en la provincia de Castellón donde estamos instalados. Y aunque parezca inofensiva, el agua dura te puede crear muchos problemas de salud y gastos innecesarios. Por eso te recomendamos solicitar un análisis del agua para comprobar la calidad del agua que utilizas para ducharte, lavar o hacer la comida. Es completamente gratuito, no implica ningún compromiso y sin embargo te abrirá los ojos sobre las impurezas a las que te estás exponiendo, tú y tu familia.
Aunque la cal por sí misma puede producirte enfermedades o molestias en la piel, si tienes la piel sensible y problemática y el agua de tu casa es demasiado dura, los problemas de piel se agudizarán. Entre los problemas más comunes encontramos los eccemas y la dermatitis atópica. Ambas provocan sequedad, picores y erupciones en la piel que aunque se pueden tratar fácilmente, no conseguirás eliminar. La única manera de hacerlo es duchándote con un agua libre de cal e impurezas.
Con el cabello ocurre lo mismo. El cuero cabelludo se reseca provocando la molesta y antiestética caspa. La mayoría de las veces este problema se soluciona con un buen champú anti caspa. Sin embargo, ¿para qué gastarte dinero en un champú anti caspa cuando puedes instalar un descalcificador para solucionar este y otros muchos más inconvenientes provocados por la cal?
Aparte de utilizar jabones y cosméticos naturales que mantengan el PH de tu piel y ducharte con agua lo más pura posible, es muy importante que regules el agua a una temperatura adecuada. Aunque la temperatura del agua es una cuestión de gustos, se aconseja mantener una temperatura de entre 25 y 30 grados y terminar con un chorro de agua fría. De esta forma estarás cuidando la hidratación de tu piel para que se mantenga tensa y firme, pero además estarás colaborando a activar la circulación de la sangre y tu pelo también lo agradecerá.