¿Eres un sibarita del café? Si es así sabrás que la calidad del agua es tan importante como el café que utilices. Las aguas duras que contienen mucha cal son el peor enemigo, también de las cafeteras, que se acaban estropeando por el exceso de cal. De modo que o bien haces el café con agua mineral embotellada o contactas con nosotros para que te asesoremos del tipo de tratamiento de agua que necesitas para disfrutar de agua de calidad en casa.
Como ya os hemos contado en otras ocasiones, los descalcificadores y equipos de ósmosis inversa son una buena solución para tratar el agua y eliminar cal, bacterias e impurezas y disfrutar de un agua pura y de calidad. Una cuestión importantísima a la hora de hacer un buen café. Puedes hacer la prueba en casa y verás la diferencia de sabor, textura e intensidad de un café hecho con agua pura y uno hecho con agua del grifo. Pero aparte del agua hay otros consejos que conviene tener en cuenta. Vamos a verlos.
Está claro que tener una buena máquina puede marcar la diferencia, aunque por muy buena cafetera que tengas, si la materia prima no es de buena calidad, el resultado no será el esperado. Además es importante que tengas en cuenta:
Cada paladar es un mundo y como dice el refranero: “Entre gustos no hay nada escrito”. Sin embargo, cuando hablamos de café debes tener en cuenta que el torrefacto no es la opción correcta. Así que descártalo y apuesta por el café natural.
Dos de las variedades más consumidas son: arábica y robusta. La diferencia entre ambas es que el arábica contiene menos cafeína, es más suave y tiene aroma afrutado. La variedad robusta en cambio tiene más cuerpo, es más amarga y tiene más cafeína. Así que elige entre estas dos variedades en función de tus gustos o mejor aún, ¡mézclalas!
También es muy importante que evites comprar café molido. Cómpralo en grano y muélelo justo antes de utilizarlo para que esté lo más fresco posible y no pierda sabor y propiedades. Por cierto, el grosor de molido también es importante. En función del método de preparación deberá ser más fino o más grueso, pero como norma general sigue este consejo: cuanto más tiempo esté en contacto con el agua, más grosor requerirá.
Como ya hemos comentado al inicio del post, la calidad del agua es muy importante para obtener un buen café. Si usamos agua llena de impurezas estropearemos la infusión cambiándole el aroma y sabor. Así que nada de agua del grifo a no ser que tengas descalcificador y/o instalación de ósmosis inversa en casa.
Ten en cuenta que la temperatura también es importante. No dejes que hierva demasiado o se quemará y estropearemos el fantástico aroma y sabor de una buena taza de café.
Como ocurre con las variedades de café, la cantidad de agua también depende mucho de gustos y de métodos de preparación. Como norma general, si usas una cafetera italiana, llénala de agua hasta la válvula, no más. Si no te saldrá demasiado aguado, con menos sabor y aroma.
¿Verdad que el agua o cualquier otra bebida no se disfruta igual según el material o forma del vaso? Pues aquí ocurre exactamente lo mismo. Lo más recomendable es vertirlo en tazas blancas de porcelana, ya que el vidrio no aguanta tanto el calor. Ahora bien, si prefieres el café templado elige un vaso de vidrio.
La materia prima es muy importante, tanto como la máquina en la que lo haces. Así que asegúrate de no dejar posos y límpiala a fondo para que no se acumule suciedad. Si tienes máquina automática es muy importante que la descalcifiques regularmente, aunque si tienes descalcificador y/o instalación de ósmosis inversa en casa, estas limpiezas serán mucho menos frecuentes.
El café se debe tomar inmediatamente después de su preparación. Si utilizas cafetera italiana con capacidad para 6 cafés y preparas para 2 o 3 días, te recomendamos que compres una cafetera más pequeña. De acuerdo que tendrás que preparar una o dos cafeteras diarias, en función de las cantidades que toméis en casa, pero lo disfrutaréis más.
¿Y tú? ¿Cómo tomas el café? ¿Con leche, cortado, bombón, solo?