No es un descubrimiento ni una novedad que a los gatos no les gusta el agua, probablemente sea por que provienen de Oriente Medio y allí la escasez de agua es elevada.
Aunque podemos afirmar que lo que en realidad sufren estos felinos es auténtico temor y rechazo, una negación que es acentuada por la sociedad, pese a conocerse que son unos buenos nadadores y sus dotes acuáticas no dejan indiferente a nadie.
Se dice que los gatos no son muy amigables pero que una de las características que mejor los define es que son cautos, es decir, prudentes a la hora de encontrarse con algo nuevo y por ello sienten repelo aunque a la vez interés por el agua. Son curiosos, analíticos y pueden pasarse horas observando un grifo abierto para intentar averiguar qué es ese líquido que aparece ante sus ojos.
Como ya habéis leído en entradas anteriores, los descalcificadores y los equipos de ósmosis inversa son una buena solución para mejorar la calidad del agua y no solo para su consumo, sino también para la higiene personal. Estamos seguros que si los gatos lo supiesen, empezarían a tener más interés por la ducha. Ya que otro de los rasgos particulares de estos felinos es que son muy presumidos.
¿Cómo se puede poner fin a este problema? ¿Cómo pueden dejar de sentir rechazo y temor a lo nuevo? Con mucha paciencia y tacto, desde pequeños se les debe mostrar el agua y conseguir que la vean como natural y cotidiana.
Así pues, las soluciones para lograr que tu gato sea un amante del agua o al menos que ducharse no suponga una mala experiencia para él, son las siguientes:
– Utilizar agua tibia, una temperatura agradable para que el gato se sienta cómodo y aprecie el calor.
– Intentar que el primer día en el que le des su primer baño el gato esté tranquilo y dispuesto.
– No ponerlo en contacto directo con el agua. Es recomendable ir llenando la bañera poco a poco mientras lo vas mojando por partes.
– Conseguir que el gato se sienta a gusto y confiado, dándole caricias y mimos mientras le rocías con el agua.
– Necesita comprensión, por tanto el tono de voz debe ser suave.
– El primer baño tiene que ser corto y el gato, al acabar, debe quedar completamente seco.
Por tanto, pese a que el gato es un animal desértico y en primera instancia rechace todo lo que tenga que ver con el agua, como hemos visto anteriormente, siguiendo unos pasos se puede domesticar y cambiar su percepción. Con un poco de calma y delicadeza es posible.