Durante los meses de verano es cuando más riesgos tenemos de deshidratarnos. El calor hace que sudemos más y en consecuencia perdemos más agua que en invierno. Por eso durante los meses de verano hay que prestar especial atención a cuidar nuestra hidratación. No hacerlo puede poner en riesgo nuestra salud. Así que bebe agua aunque no tengas sed y cuida tu nivel de hidratación.
Cuando sufres deshidratación el cuerpo te avisa con algunos síntomas que pueden pasar por desapercibidos. Entre estos síntomas encontramos: dolores de cabeza, mareos, somnolencia, piel seca, escalofríos y calambres musculares entre otros síntomas. Así que si detectas estas molestias, es porque estás deshidratado. Para solucionarlo solo tienes que introducir algunos buenos hábitos a tu rutina diaria y en cuestión de unos días habrás solucionado el problema.
Tanto en el trabajo como en tu rutina diaria es recomendable que siempre tengas a mano una botella de agua. Sobre todo si haces ejercicio físico o sales a entrenar. De tu estilo de vida y características físicas dependerá la cantidad de agua que necesitas consumir diariamente. A pesar de que se recomienda beber 2 litros de agua diarios, esa cantidad es muy relativa en función de cada persona.
La fruta y los vegetales contienen mucha agua. Cuando hablamos de hidratación cometemos el error de pensar que la única vía de hidratación que existe es consumir agua. Sin embargo, no es así. Aparte de las frutas y los vegetales existen muchos alimentos que aportan agua a nuestro organismo, como por ejemplo: los huevos, el pescado blanco y azul, el pollo y el jamón, entre otros alimentos.
Aunque parezca mentira, la ropa que vestimos también influye en nuestra hidratación. Las prendas holgadas, de algodón y colores claros son las más recomendables en época estival, debido a que ayudan a evaporar mejor el sudor.
Nuestro cuerpo depende del agua para sobrevivir. Cada célula y órgano de nuestro cuerpo necesita agua para funcionar. De manera que es muy importante tener en cuenta estos consejos de hidratación y ante todo convertirlos en una rutina. De nada sirve beber mucha agua y comer fruta durante un día si al día siguiente vas a aparcar los buenos hábitos. Así que toma nota y mentalízate de lo importante que es para tu salud mantener un buen nivel de hidratación.