Si vives en el campo y no dispones de agua de red, sabrás que beber agua de pozo puede ser dañino para tu salud si no la tratas. Y es que el agua de pozo requiere ser tratada para eliminar las posibles bacterias y materiales pesados que pueden habitar en ella. Si bebes agua de pozo sin tratar, corres el riesgo de sufrir infecciones y serios problemas de salud.
Si el agua que bebes es de tu propio pozo, es aconsejable que solicites una prueba de calidad al agua todos al año. Esta medida de prevención es esencial. Sobre todo si vives cerca de un área de agricultura o ganado donde haya pesticidas, fertilizantes, o desechos de animales, cerca de desperdicios municipales, áreas residenciales donde se aplican fertilizantes, o de un área comercial o industrial. En todos estos casos el agua de pozo podría estar contaminada sin tú saberlo.
El plomo se encuentra en la tierra de forma natural. También se encuentra en pequeñas cantidades en todas partes de nuestro ambiente. La mayoría del plomo proviene de actividades humanas incluyendo la quema de combustibles fósiles, la minería y la manufactura. Al entrar en contacto con la tierra, puede filtrarse hasta llegar al agua subterránea, llegando así hasta los pozos.
El mercurio es un metal que se encuentra de forma natural a niveles bajos en las rocas, el suelo y el agua. El mercurio se filtra al aire, agua y tierra cuando se queman combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural). O bien cuando se queman desperdicios en basureros municipales, artículos médicos y durante incendios forestales.
Se trata de microorganismos que se encuentran en el suelo, aguas sobre la superficie y en las plantas. También están presentes en los intestinos de animales y humanos. Las bacterias coliformes que la lluvia arrastra por el suelo, quedan atrapadas en las rocas y a medida que el agua pasa por las rocas llega a los sistemas de agua subterránea.