El plástico invade nuestras vidas, y sabemos cada vez más que este material no hace ningún bien a nuestro planeta. Según Greenpeace, «la producción global de plásticos se ha disparado en los últimos 50 años, y en especial en las últimas décadas. Entre 2002-2013 aumentó un 50%: de 204 millones de toneladas en 2002, a 299 millones de toneladas en 2013. Se estima que en 2020 se superarán los 500 millones de toneladas anuales, lo que supondría un 900% más que los niveles de 1980.»
Pero el plástico no sólo contamina nuestros mares, ríos o bosques. El plástico también contamina el agua que bebemos, conllevando peligros para nuestra salud. Según un estudio realizado por la Universidad de Minessota, en su estudio Invisibles: el plástico en nosotros, de 150 muestras de agua potable que se tomaron de los cinco continentes, un 83% contenían plástico.
Pero al ser algo muy nuevo, apenas hay conocimiento de qué efectos tiene en la salud. Hay quien afirma que podría llegar a la sangre o liberar toxinas y sustancias químicas nocivas en nuestro cuerpo.
¿Cómo podríamos detenerlo? Reduciendo poco a poco el consumo de plástico. Porque si se quiere, se puede. Un ejemplo es esta infografía realizada por la asociación sin ánimo de lucro LessPlastic, en la que se trata de concienciar a la población de la necesidad de reducir el uso de plásticos de un solo uso:
En el caso que nos atañe, trata de no comprar botellas de agua de plástico, compra una reutilizable y rellénala. Utilizar equipos de ósmosis, descalcificadores y fuentes de agua, además de mejorar la calidad del agua, evita miles y miles de kilos de botellas de plástico que, irremediablemente, van directamente al mar para contaminarlo.
¿Qué te ha parecido? Y tú, ¿qué haces para utilizar menos plástico?